El humor sigue siendo el ingrediente principal de la tercera temporada de ‘The Umbrella Academy’, así como las peleas constantes entre los Hargreeves.
Casi dos años después del lanzamiento de su segunda temporada, ‘The Umbrella Academy’ está de vuelta en Netflix con el estreno de su tercera entrega. A partir de este miércoles 22 de junio, los seguidores de la serie podrán consumir los 10 nuevos capítulos de la serie. De nuevo protagonizada por Elliot Page, Aidan Gallagher y Tom Hopper, entre otros.
El punto de partida es el cliffhanger con el que terminó la segunda temporada. Los integrantes de la familia Hargreeves conseguían evitar nuevamente el Apocalipsis en 1963, pero al regresar a la casa de su padre en el presente, se daban cuenta de que algo no había salido del todo bien.

Y es que no solamente Sir Reginald no les reconocía como a sus hijos, sino que pronto descubrían que quien vive allí son los miembros de la autodenominada Sparrow Academy, entre los cuales está su difunto hermano Ben (Justin H. Min), que no parece tener constancia de su existencia ni tampoco mucha ilusión por conocerlos.
Nueva familia: la Sparrow Academy
De esta forma, la tercera temporada arranca con una continuidad inmediata de lo que sucedió en el final de la anterior. Los miembros de la Umbrella Academy se ven obligados a enfrentarse a sus “homónimos” en esta línea temporal paralela, sin saber exactamente quiénes son ni qué peligros les acechan (aunque cualquier precaución va a ser poca para confirmar los peores presagios). Y es que la nueva familia tiene, como mínimo, la misma capacidad de poderes sobrenaturales o incluso más.

Además del nuevo Ben (Justin H. Min), el resto de integrantes de la Sparrow Academy son Marcus (Justin Cornwell), un joven disciplinado y amante del deporte; Fei (Britne Oldford), una misántropa astuta y tenaz; Alphonso (Jake Epstein), un hombre con el rostro desfigurado por sus años de lucha contra el crimen; Sloane (Genesis Rodríguez), una chica dulce y soñadora; y Jayme (Cazzie David), una joven solitaria que siempre viste con una capucha.
Dejando de lado la nueva ficha en el tablero que supone la incorporación de estos nuevos personajes, esta tercera temporada se presenta con una línea bastante continuista, de una forma muy parecida a lo que fue la segunda. Y es que irremediablemente las tramas pecan de ser algo repetitivas en una serie que -pese a ser la adaptación televisiva de unos cómics- ya empieza a notar el desgaste por el paso de las temporadas.

Aun así, hay alguna que otra vuelta de tuerca sorprendente y que sigue dando vitalidad a la serie. A medida que avanzan los episodios, el engranaje empieza a funcionar y el ritmo mejora puntualmente. Se mantiene también la excelente selección musical de algunos temas icónicos, como ha sido habitual en las dos anteriores temporadas, y que da identidad a la serie.
En cuanto a la nueva familia de la Sparrow Academy, quien sale mejor parado es Ben (Justin H. Min), cuyo personaje da un giro de 180º respecto al que conocíamos en las dos primeras temporadas. En cuanto al resto de la familia, no todos los personajes están aprovechados por igual, algo que frena un poco el impacto inicial de su aparición.

Adiós a Vanya; bienvenido, Viktor
Por otra parte, una de las grandes novedades de esta tercera temporada es el cambio de género del personaje de Vanya, que pasará a ser Viktor, imitando la realidad del actor Elliot Page, que se declaró transgénero a finales de 2020. Se desconocía cómo iba a afectar esta situación a las tramas de la serie hasta que el propio actor lo confirmó hace unos meses a través de una instantánea colgada en sus redes sociales. La transición de Vanya a Viktor está hecha con mucha delicadeza y respeto en una escena realmente emocionante que los espectadores podrán ver en el segundo capítulo.
En definitiva, ‘The Umbrella Academy’ presenta una tercera temporada con algunos personajes ya muy maduros, aunque también con otros un poco estancados y que han vivido tiempos mejores (como Klaus). El humor sigue siendo el ingrediente principal de esta serie, así como las peleas constantes entre los Hargreeves. Pese a sus superpoderes, como diría el grandullón Luther, “no se ponen de acuerdo ni para poner los champiñones a la pizza”.
